martes, 10 de octubre de 2017

ORÍGENES DE LOS SÍMBOLOS



La vuelta al mundo en 10 símbolos

LUIS PAREJO (Ilustraciones)
30 sep. 2017


Forman parte de nuestro modo de comunicarnos como si hubieran estado con nosotros desde siempre y, en efecto, así es
Antiguos en su mayoría, y algunos del siglo XX, nuestros signos forman parte de nuestra historia
Vivimos rodeados de símbolos, de miles y miles de símbolos. Esto que está usted leyendo, sin ir más lejos, no es más que una sucesión de signos, cada uno de los cuales simboliza un sonido hasta componer sílabas, palabras, frases, párrafos... Hace 600.000 años los seres humanos comenzaron a emitir los primeros sonidos y adquirieron el lenguaje oral pero, muchos antes, ya se comunicaban a través de garabatos, diseños y dibujos, algunos de los cuales se popularizaron hasta acabar convertidos en símbolos.
Son, pues, tan antiguos como la humanidad y, además, no dejan de aumentar. Detrás de cada símbolo hay una historia, muchas veces fascinante. Les contamos el origen de algunos de los signos más famosos de nuestros tiempos.


SMILEY
La carita amarilla con dos ojos y una sonrisita pintados sobre ella es hoy un símbolo omnipresente, un dibujo que significa alegría y que internet y las redes sociales han convertido en hegemónico. Según datos de la compañía SwiftKey, con sede en Londres, cada día se envían más de mil millones de iconos de la gran familia de los emoticonos, y el 45% de ellos (4.500 millones diarios) son de caritas felices.
Sin embargo, el origen de este símbolo universal no está del todo claro. Todo indica que los primeros smileys surgieron a principios de la década de los 60, cuando la cadena de radio de Nueva York WMCA puso en marcha, en 1962, un concurso en el que quienes respondían correctamente a una pregunta recibían como premio una camiseta con una carita feliz estampada en la parte delantera. En 1963, un programa estadounidense de televisión dirigido a los niños, The Funny Company, adoptó ese símbolo como logotipo.
Ese mismo año, Harvey Ball, un diseñador gráfico de Massachusetts, también en Estados Unidos, recibió el encargo de crear el logotipo de una compañía de seguros local. Se sacó de la manga el smiley y recibió por su creación un solo pago de 45 euros. Nunca registró el logo, lo que explicaría su enorme difusión por todo Estados Unidos primero y el resto del mundo después.
Pero otras fuentes señalan a un periodista francés, Franklin Loufrani, como padre de este famoso icono que perdura hasta nuestros días. Loufrani trabajaba en el periódico France Soir cuando el director del mismo, Pierre Lazareff, le pidió a principios de los años 70 que desarrollara una campaña para tratar de transmitir a los lectores un poco de optimismo en medio de las malas noticias que suelen poblar las páginas de los diarios y, así, aumentar el número de lectores.
A Loufrani se le ocurrió entonces la siguiente idea: que los reportajes con un contenido positivo fueran acompañados de una carita feliz. El 1 de octubre de 1971, el logotipo, bautizado ya como Smiley, fue debidamente registrado en el Instituto Nacional Francés de la Propiedad Industrial. Un año después, el reportero Loufrani puso en marcha una empresa a la que bautizó del mismo modo, Smiley, propietaria en más de 100 países de todos los derechos comerciales relacionados con el logotipo de la carita feliz.


EL INFINITO
El ocho tumbado es un símbolo de origen antiguo, que aparece, por ejemplo, en la cruz de San Bonifacio (muerto en el año 754). Pero el honor de haber sido el primero en emplear este signo con su sentido matemático, de algo que no tiene fin, corresponde al matemático británico John Wallis. Fue el primer científico del mundo en utilizar, allá por el año 1655, un ocho tumbado para representar el infinito en su obra De sectionibus conicis.
Wallis jamás dio ninguna explicación sobre los motivos que le habían llevado a la elección de ese símbolo para representar el infinito. Sin embargo, muchos especulan con que pudiera ser una deformación del símbolo que se empleaba en el imperio romano para indicar el valor 1.000, un número asociado a cantidades gigantescas, enormes.
Aunque entre los romanos la forma habitual de representar el número 1.000 era a través de la M mayúscula, la letra inicial de dicha palabra, originariamente esa cantidad se representaba con las grafías CI ó C, que podrían haber variado hasta generar el ocho tumbado. Otros, sin embargo, consideran que Wallis podría haberse inspirado en la omega, la última letra del alfabeto griego, intentando de ese modo expresar que el infinito sería siempre el último número de cualquier serie. Pese a todo, el símbolo del infinito de Wallis no comenzó a emplearse sistemáticamente hasta el siglo XIX.


ARROBA
La más antigua referencia que se conoce de este símbolo es de tipo religioso y aparece en un traducción búlgara de una crónica escrita en griego por Constantinos Manasses en 1345. El manuscrito, que se conserva en la Biblioteca Apostólica Vaticana, muestra una arroba en lugar de la letra alpha (A) en la palabra Amén. Pero se desconoce el motivo por el que fue empleada.
El profesor de Historia de la Ciencia Giorgio Stabile, de la Universidad romana de La Sapienza, sostiene haber encontrado pruebas de que, ya en el siglo VI, los mercaderes venecianos utilizaban este signo gráfico -que desde hace décadas se emplea para componer las direcciones de correo electrónico- para representar un ánfora, una medida de peso o capacidad que entonces se empleaba.
De hecho, hasta hace poco, los españoles y los portugueses usaban normalmente la arroba como medida equivalente a entre 12 y 15 kilos de peso y entre 10 y 16 litros de capacidad. El término arroba se emplea en España desde al menos el año 1088 y procedería, según todos los indicios, de la palabra árabe ar-Rub, que indicaba una cuarta parte de un antiguo quintal.
Otra teoría sostiene que el símbolo de la arroba sería obra de unos monjes medievales, que empezaron a utilizar el signo para abreviar la locución latina ad (que significa hacia, en torno a) cuando iba junto a un número, a fin de ahorrar tiempo, espacio y tinta.
Cuando, en 1971, el programador informático estadounidense Ray Tomlinson inventó el primer sistema de correo electrónico, buscaba un símbolo para separar el nombre de la persona del correspondiente al servidor, un símbolo que estuviese en todos los teclados pero que no apareciera en los nombres propios de las personas ni en los de las empresas ni de los servidores. Y encontró que la arroba era su mejor opción, dado su uso comercial, pues desde 1885 algunas máquinas de escribir ya la incluían en sus teclados.


FEMENINO
La representación de lo femenino consiste en un círculo con una pequeña cruz bajo él. Su origen se remonta a la Antigüedad tardía, al periodo de transición entre la Antigüedad clásica y la Edad Media, y se empleaba para representar al planeta Venus, asociado tradicionalmente a la feminidad. De hecho, la grafía de ese símbolo hacía alusión al espejo de Venus, la diosa griega del amor, la belleza y la fecundidad. Además, también se representa de ese mismo modo el símbolo alquímico del cobre, el material con el que estaban hechos la mayoría de los espejos en la antigua Grecia. Desde los años 70 y, sobre todo en la década de los 90, las lesbianas emplean dos símbolos femeninos entrelazados como símbolo del amor entre mujeres.


MASCULINO
La representación de la masculinidad consiste en un círculo del que emerge una flecha y es, además, el símbolo astrológico que representa al planeta Marte. En la mitología romana, Marte era el dios de la guerra y de la agricultura, la trasposición (con menos atributos negativos) de Ares, el dios que para los griegos representaba la guerra, la brutalidad y la violencia.
El símbolo de Marte representaría el escudo y la lanza de ese dios, al que ya los primeros astrónomos de Mesopotamia asociaban con el fuego y la guerra, posiblemente por su color rojo. En química, por su parte, ese signo representa el hierro. En zoología y botánica, los signos de Venus y Marte se utilizan para representar el género masculino y el femenino desde 1751, cuando fueron adoptados por el médico, botánico y zoólogo sueco Carl Linnaeus, creador del sistema moderno de clasificación de los seres vivos. Los gays, por su parte, emplean dos signos masculinos enlazados para representar las relaciones homosexuales entre hombres.


DOLAR
Respecto a la representación del dólar, las teorías que tratan de explicar por qué demonios el dólar se representa con una S atravesada por dos rayas verticales son varias. Una de las más conocidas asegura que, en 1792, cuando el dólar se convirtió en moneda oficial de los Estados Unidos, se acuñó a imagen y semejanza del real de a ocho español, conocido también como spanish dollar y la primera moneda de curso mundial de la historia.
En ese real de a ocho aparecían las dos columnas de Hércules engalanadas con una cinta en la que se podía leer la palabra Plus Ultra. La estilización de la imagen de esa cinta habría dado lugar a representarla a través de una S, y las dos columnas herculianas habrían acabado siendo las dos rayas verticales que atraviesan esa letra y conforman, al cabo, el símbolo.
Otra teoría apunta a que, durante el periodo colonial, los españoles marcaban con una S los cargamentos de oro. Cuando estos llegaban a puerto, esa S era atravesada por una raya vertical. Y cuando desembarcaban en España, se añadía una segunda raya.
Sin embargo, la interpretación más aceptada sobre el origen del símbolo del dólar -respaldada incluso por la Oficina de Grabado e Impresión de Estados Unidos- es que procede de los reales de plata españoles, una moneda que empezó a circular en Castilla en el siglo XIV y que fue la base del sistema monetario español hasta mediados del siglo XIX. Los reales eran conocidos en España por las siglas PS pero, poco a poco, la P fue perdiendo peso hasta que de ella sólo quedó el palo, esto es, la barra vertical. Y esta acabó, con el tiempo, superponiéndose a la S.


EURO
El alemán Arthur Eisenmenger, el que fuera jefe de diseño gráfico de la Unión Europea, es el autor de los principales iconos de esa organización. Tanto la bandera como el viejo símbolo de la Comunidad Europea son suyos. Sin embargo, no se sabe a quién pertenece el símbolo del euro.
Cuando se decidió poner en circulación la llamada moneda única, Bruselas recibió 32 propuestas sobre el diseño que debía adoptar. La Comisión Europea sentenció entonces que se trataba de un asunto puramente interno, así que en ningún momento informó sobre qué diseñadores habían presentado proyectos ni en qué consistían estos. Por no saber, no se sabe ni siquiera quienes fueron los cuatro expertos que decidieron el diseño vencedor. Las sospechas apuntan a que el padre del símbolo del euro habría sido el diseñador belga Alain Billiet, pero son sólo sospechas. Y el misterio continúa.


PAZ
El símbolo que sirve al Planeta Tierra para representar la paz fue creado en 1958 por el diseñador pacifista británico Gerald Holtom como logo de desarme nuclear. Se usó en varias marchas y campañas a favor del desarme nuclear y también en las protestas contra la guerra en Vietnam.
A partir de ahí, se hizo popular en todo el mundo como un símbolo de paz. Holton aseguró haberse inspirado para componer ese signo en el alfabeto semáforo, el sistema de comunicación de la Organización Marítima Internacional en el que se utiliza la posición de los brazos para representar cada letra del alfabeto. El diseño es una combinación de las letras N (dos brazos abiertos apuntando hacia abajo en un ángulo de 45 grados) y D (un brazo levantado sobre la cabeza) del alfabeto del semáforo, que componen el acrónimo en inglés de nuclear disarmament (desarme nuclear).


ANARQUÍA
Se desconoce el origen del símbolo de la anarquía. Se sabe, eso sí, que la A es por Anarquía (palabra que comienza por esa letra en la mayoría de las lenguas) y que el círculo que la encierra representa la unidad y el orden. Así que lo que hace ese símbolo es gritar a los cuatro vientos la máxima de Pierre-Joseph Proudhon, uno de los padres del pensamiento anarquista: "La anarquía es orden". Este símbolo parece haber existido incluso antes de la Guerra Civil Española y fue adoptado como logo por la Alliance Ouvrière Anarchiste (AOA), la organización ácrata fundada en 1956 en Bruselas.


RIESGO
Este símbolo sirve para identificar sustancias biológicas (desechos médicos, microorganismos, virus, tóxicos, agujas hipodérmicas, etc.) que pueden entrañar un riesgo para la salud de las personas o de otros organismos vivos. Fue creado en 1966 por el ingeniero medioambiental estadounidense Charles Baldwin para la Compañía Química Dow, la multinacional en la que trabajaba.
Baldwin se había percatado de que había varias señales que trataban de alertar sobre el peligro de material biológico, pero que muy pocos conocían. Puso en marcha un equipo con el objetivo de crear una señal estandarizada que pudiera ser fácilmente reconocible por todo el mundo.
"La única indicación que les di es que teníamos que crear un símbolo único, que no se confundiera con otros, y con la suficiente fuerza como para que la gente lo recordara", señalaría años después Baldwin, quien también tenía muy claro que tenía que ser un signo sin significado alguno, lo que permitiría formar a la gente sobre lo que encarnaba. Y a la vista del resultado, parece que lo consiguió.

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